El jueves 9/09 pasé todo el día en el CMD (Centro Metropolitano de Diseño), en una zona perdida de Barracas, ahí donde se hunde en el Riachuelo, inmiscuida en la Conferencia Editorial 2010.
De lo que escuché ese día, rescato el buen tino en la selección de conferencistas invitados a participar: Roberto Igarza, Patricia Arancibia, Antonio María Ávila, Herminia Azinian y otros.
En su notable contribución, Roberto Igarza resumió los resultados de una encuesta realizada para la CAL con motivo de la Feria del Libro 2010. Allí destacaba algunas cuestiones de interés para el mercado: "el libro debe ir a parar a todas las pantallas". Señalaba, desde una perspectiva igualitaria, que donde haya una pantalla habrá un lector, no importa que esta sea la compu que el gobierno proveerá a los estudiantes, un celular o un lector de ebook. Su idealismo lo lleva a pensar que así como hay un celular en muchas casas humildes, habrá libros dentro de esos celulares. Muchas personas ya lo conocían, para mí fue revelador.
También lo fue Patricia Arancibia quien en su exposición habló del mercado hispano en EEUU y de la posibilidad de traspasar aduanas que tienen los libros electrónicos en español, tan intangibles como fantasmas.
Antonio María Ávila se refirió a los esfuerzos combinados por la unión de las Cámaras de profesionales del Libro de España para afrontar la tormenta de la digitalización. Y Herminia Azinian, especialista en TICs aplicadas a la educación, presentó una serie de recursos web para trabajar en el aula. Y puntualizó que la carrera tecnológica empuja a la escuela a adaptarse a estos nuevos medios.
Finalmente, del Taller de Redes Sociales para Editoriales y Librerías me quedé con algunos tips de mk. Me interesó el análisis de casos de Marea Editorial (y su combo Twitter-Facebook), de Eterna Cadencia (y su blog) y de Autores de Argentina (Facebook). Ah! y luego no me quedó otra que entrar al mundo del tweet.
El viernes seguí la conferencia de Julieta Lionetti desde la oficina, por el streaming de GdL. Me resultó reveladora su idea de pensar a cada editor como un catalogador, para que sus libros salten a la vista en la maraña de búsquedas que se realizan día a día en la web.
A Octavio Kulesz, y sus textos líquidos, ya lo había escuchado en otras oportunidades. Y a Ariel Vercelli también lo conocía de las charlas organizadas por la CAL. Ambos presentan un paradigma más crítico de la edición en papel, y en Vercelli se suma su análisis del crecimiento del Google monster.
Una interesante reseña de lo que fue la Conferencia Editorial 2010, mucho más desarrollada que este breve boceto a mano alzada, la escribió Matías Fernández para el blog Hablando del Asunto.
Mucha información en estos dos días. Me queda solo una certeza: si me detengo a mirar el medio vaso vacío, los editores deberíamos adaptarnos (en el sentido darwiniano) a las nuevas y veloces condiciones de los predadores digitales y tratar a nuestros últimos libros de papel como reliquias. Si observo la mitad llena del vaso, todo lo que veo es oportunidad.
1 comentario:
Gracias por el comentario y la info, Mari.
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